Después de 10 años volví a Bariloche. En un viaje esporádico y poco premeditado, como los últimos que vengo haciendo, me encontré recorriendo parte de la patagonia Argentina, uno de los lugares más hermosos que me tocó ver, oler, escuchar, sentir y, por supuesto, saborear. Qué bien se come en el sur!!! Pero como era de suponer, no pude contener la tentación de recorrer aquellos lugares que alguna vez había visitado con mis amigos en pleno viaje de egresados. Y, lejos de toda excitación juvenil, las cosas se ven de otra manera y se disfrutan más. Ya no está la vieja pizzería donde armábamos la previa, pero permanecen intactos "El Candil"; la estación ESSO, donde misteriosamente de atrás de una góndola se aparecía un gordito al grito de...AGUA!!! y, por suspuesto, la calle empinada en la que saludáramos a Antonio Ríos y donde Loni corrío desesperádamente en ascenso para inmortalizar la frase: Juanjo............., te equivocaste de botas bloudoooooo!!!
Ojalá pueda, alguna vez, regresar con todos mis amigos, ya no para revivir el viaje de egresados, eso queda muy lejos, sino para encontrarnos otra vez en la ruta, fuera de toda rutina.
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