
Es de esas personalidades que todo aquello que toca o gira a su alrededor, florece. Jóven; espiritual; bellísima; talentosa; fresca... es la princesa que todo hombre bueno y vacunado desearía coronar (y desflorar).
Y por si fuera poco, todo lo que sale de su interior es soul. Bien vale la pena esta presentación en el salón de la fama, versionando un clásico de Dusty Springfield, "Son of a Preacher". Impresionante.
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